ABANDONAR O NO ABANDONAR? ¡ESA ES LA PREGUNTA!


Por Cristián Sieveking V., ultramaratonista, experto en biomecánica de corredores.

La respuesta, definitivamente, es muy personal. Pero hay situaciones en que la decisión de abandonar una competencia se debe tomar pensando en la salud, con responsabilidad, sin sentir que la marca de un DNF será más grave que un músculo roto o un desgaste tal que te dejará fuera por harto tiempo...
 
 
Y claro que es difícil. Entrenamos por muchos meses, teníamos la ilusión y fuerte deseo de completar tal o cual carrera, y nuestras familias están pendientes y preocupadas. Pero algo malo nos está pasando, y en medio de la competencia nos encontramos en una situación que temíamos profundamente. 
¿Cómo saber si realmente lo que corresponde es seguir o no? En base a la suma de experiencias, esperamos que en estas líneas podamos contribuir para que tomes la decisión correcta. 
 
¿Por qué solemos abandonar? 
 
Primero, es necesario determinar las causas probables de un abandono. Así, podemos clasificar estas causas como severas, menores, estratégicas, de autocuidado y mentales. 
En las severas entran aquellos factores que nos imposibilitan continuar aunque lo queramos, como rupturas de ligamentos, fracturas, desgarros profundos e inhabilitantes, falla renal, edemas pulmonares o cerebrales sin tratamiento, deshidratación y desmayos por causas distintas al calor, fatiga o falta de alimento.  
 
Aún así, algunos de estos problemas severos tienen solución en una carrera. Los edemas por altura son muy graves, pero si el corredor baja unos 500 metros se podrá reponer y continuar. Lo mismo pasa con los desmayos; cuando son por calor o fatiga son relativamente fáciles de recuperar. Ídem con la deshidratación. 
 
Si tenemos una ruptura de ligamentos o tendones, desgarros severos, falla renal, etc. definitivamente la única opción es abandonar. Pero afortunadamente estos casos son extremadamente poco usuales.  
 
Entre las causas menores están la enfermedad estomacal, inflamaciones y dolores articulares, diarreas, dolores musculares, ampollas, hematuria, cansancio, frío, calor, torceduras, caídas, síndrome de micro vejiga, pérdida del recorrido, ceguera y/o sordera temporal, entre otras. 
 
Estas situaciones son todas solucionables, solo hay que manejar la situación, dar al cuerpo el tiempo para que se recupere o se quiebre la barrera del dolor. Muchas veces por falta de experiencia los corredores se asustan y deciden, con justa razón, abandonar. Es importante que sepan que, sobre todo en carreras de ultra distancia, la mayoría de estas cosas son absolutamente normales… Es más, lo anormal sería que nada de esto pasara.  
 
Por esto es importante buscar la forma de seguir; esto nos irá dando experiencia y herramientas para poder solucionar la mayoría de los problemas en el futuro. 
 
Como “estratégicos” podemos denominar a aquellos retiros producidos porque el corredor no está obteniendo el resultado que quería, como ganar o quedar entre los 5 o 10 primeros; o su marca está siendo muy inferior a lo que acostumbra realizar. Esto es similar a lo que ocurre en algunas pruebas atléticas, como el lanzamiento de la bala, martillo, jabalina o los saltos, en que el atleta prefiere “anular” determinada marca para que no quede en el registro oficial, y pueda quitarle estatus. 
 
El autocuidado como causa de abandono, tiene que ver con abandonar porque quizás el objetivo ya no se cumplió (o, al contrario, ya se cumplió), y tenemos en vista una carrera más importante más adelante, por lo tanto, se siente que “no hay para qué arriesgar”. 
 
En este caso, la recomendación es terminar la carrera igual, quizás a otro ritmo, pero terminarla. Esto, porque cualquier escenario es bueno para ganar experiencia, en especial cuando se viven ciertas condiciones de estrés y presión que finalmente serán más comunes de lo que un piensa, y cuyo conocimiento te puede llevar a cumplir algún determinado objetivo en el futuro. Hay que aprender a actuar y recuperarse ante escenarios adversos.  
 
De todas formas, para aquel que no se toma una carrera en forma competitiva y que solo quiere pasarlo bien, sin incluso la presión de terminar, las posibilidades se abren: si todo va bien perfecto, y si no va bien, perfecto igual. Esta es una opción segura y sensata, y muy envidiable. Finalmente, se trata de disfrutar con lo que haces. 
 
Por último, en cuanto a lo mental como causa de abandono, viene a determinar todas las causas anteriores, salvo aquellas severas en que hay algo físico que nos impide continuar. Claro, porque finalmente el control, el equilibrio, la resiliencia, la fuerza mental, es lo que marcará en destino de nuestra carrera, y justificará o no un eventual abandono. 
 
Si la mente dice que NO ABANDONAREMOS con toda seguridad no lo haremos porque, en definitiva, es la mente la que manda. Es ahí donde se genera la diferencia entre quienes resisten y aquellos que no lo logran. 
 
Esto último aplica a todas las distancias y tipos de carreras, porque un desafío es aquel que cuesta cumplir, y cualquier carrera -debido a las circunstancias de la misma-, se puede transformar en nuestro mayor desafío, ya sea en un 10K como en una competencia de 100 millas. Nosotros somos nuestro propio destino. 
 
 Para más información: [email protected] 
 



   



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